
La Urgente Necesidad de Proteger los Corales del Caribe Colombiano
El mar Caribe ha sido identificado como un «hot spot» de enfermedades de corales, un fenómeno que ha devastado sus ecosistemas. En las últimas cuatro décadas, la comunidad de ecosistemas de corales acropóridos ha disminuido en un 50% en esta región, según el Global Coral Reef Monitoring Network. Esta alarmante reducción ha transformado los arrecifes del Caribe de hábitats dominados por corales a áreas ocupadas por macroalgas, esponjas y otros invertebrados no formadores de arrecifes desde que comenzó el monitoreo sistemático en la década de 1970.
Diversos factores han contribuido a esta disminución. La sobrepesca, la contaminación por plásticos y otros desechos oceánicos, las enfermedades de los corales y el cambio climático son los principales responsables. Para Colombia, estudios recientes del Marine and Coastal Research Institute «José Benito Vives de Andreis» demuestran que entre 2004 y 2016, las especies acropóridas listadas en estado crítico en la lista roja de la UICN han desaparecido en un 99% en las zonas marino-costeras de Santa Marta. Esta pérdida no solo afecta la biodiversidad, sino también los servicios ecosistémicos esenciales que los arrecifes de coral proporcionan.
El cambio climático exacerba estos problemas. El aumento de la temperatura del agua y la acidificación del océano contribuyen al blanqueamiento de corales, un proceso en el que los corales expulsan las algas simbióticas que les proporcionan nutrientes y color. Sin estas algas, los corales pueden morir. Además, el aumento del nivel del mar y la intensificación de tormentas tropicales dañan físicamente los arrecifes, complicando aún más su recuperación y sostenibilidad.
En este contexto, la falta de participación de la comunidad local en los procesos de conservación, junto a la inacción de las autoridades ambientales y el sector turístico, agrava la situación. La contaminación por residuos arrojados al mar, el desagüe directo de aguas residuales domésticas e industriales y las actividades de sobrepesca no controladas son problemas persistentes que requieren atención inmediata.
Desde 2020, Cambio Sostenible ha desarrollado acciones para promover la gestión sostenible del mar y la conservación de la biodiversidad. Hemos identificado que el Distrito de Santa Marta es una de las áreas más afectadas del Caribe colombiano. Para enfrentar estos desafíos, nuestra organización ha fortalecido a la comunidad local a través de espacios educativos en conservación y ha determinado, con su apoyo, que si no se interviene de manera directa en la zona marino-costera de Santa Marta, se corre el riesgo de desaparición de ecosistemas coralinos, pastos marinos y del litoral rocoso, especialmente las especies acropóridas, que han disminuido de manera abrupta en las últimas décadas.
La conservación de los corales del Caribe es crucial no solo para la biodiversidad marina, sino también para las comunidades humanas que dependen de estos ecosistemas. Debemos actuar ahora para mitigar los efectos del cambio climático, reducir la contaminación y fomentar la participación comunitaria en la gestión ambiental. La supervivencia de los corales del Caribe y la salud de nuestros océanos dependen de nuestras acciones colectivas.
Fuentes:
- Hoegh-Guldberg, O. (1999). Climate change, coral bleaching and the future of the world’s coral reefs. Marine and Freshwater Research, 50(8), 839-866.
- Hoegh-Guldberg, O., & Bruno, J. F. (2010). The impact of climate change on the world’s marine ecosystems. Science, 328(5985), 1523-1528.
- Wilkinson, C. (2008). Status of coral reefs of the world: 2008. Global Coral Reef Monitoring Network and Reef and Rainforest Research Centre.
- Gardner, T. A., Côté, I. M., Gill, J. A., Grant, A., & Watkinson, A. R. (2005). Hurricanes and Caribbean coral reefs: impacts, recovery patterns, and role in long-term decline. Ecology, 86(1), 174-184.
- Marine and Coastal Research Institute «José Benito Vives de Andreis» (2016). Estudio sobre la desaparición de especies acropóridas en Santa Marta, Colombia.
Escribió para Cambio Sostenible:
Angie Velásquez, Ingeniera Ambiental.