Liderazgo femenino y participación ciudadana
Colombia es uno de los paises más desiguales en equidad de género en la participación política y ciudadana. Según datos reportados por la Registraduria Nacional del Estado Civil, en Colombia las mujeres son tan solo el 3% de los gobernadores, el 17% de los diputados, el 14% de los concejales y el 10% de los alcaldes. Está marcada inequidad en participación las hace vulnerables y silenciosas en el aporte de soluciones al eje ambiental con perspectiva de desarrollo sostenible.
De igual manera, abordar la igualdad de género es crucial para garantizar el acceso a recursos escenciales como el agua potable, saneamiento básico, una economia familiar productiva y equitativa, junto con comunidades y ecosistemas resilientes a las amenazas naturales y antrópicas. La transversalización de género va más allá del diseño de planes y programas específicamente para mujeres. Más bien, su objetivo es abordar las desigualdades de género más profundas al abordar los estereotipos y realizar cambios estructurales en la forma en que nuestras instituciones y sociedades están organizadas y funcionan.
La inclusión de la perspectiva de género implica el reconocimiento y posterior abordaje de las desigualdades de género en todas las etapas de una intervención bajo un esquema de plan, programa o proyecto, desde su fase de planificación y diseño hasta su fase de implementación, seguimiento y evaluación. Debido a que las normas sociales que rigen los roles de género y las relaciones de poder entre hombres y mujeres afectan todos los aspectos de la vida, incluyendo los proyectos de desarrollo, es fundamental tratar estos temas desde el inicio y durante todo el proceso de intervención.
Incorporar la perspectiva de género no se limita a enfocarse exclusivamente en las mujeres, sino que utiliza el análisis de género para considerar cómo las personas pueden experimentar diferencias debido a su género (y otros factores), y también para identificar las brechas de género en el acceso y el poder sobre los recursos, así como las normas y valores sociales de género que pueden afectar la resolución de un problema.
Es decir, hay que valorar el relacionamiento de las comunidades con los recursos naturales y sus impactos hacia sus ecosistemas con un abordaje diferencial de género, midiendo variables como factores sociales, culturales y económicos, entre ellos la pobreza, el poder compartido, la violencia, las cargas del cuidado y los roles familiares.
Con análisis de género en el eje ambiental se podrá reducir la asimetría de las intervenciones y aportar a la equidad social, resaltando la importancia de que niñas y mujeres tengan mayor participación ciudadana y que a su vez, niños y hombres sean fortalecidos con componentes de cambio estructural frente a estereotipos y comportamientos con su entorno social y con los recursos naturales.
Cambio Sostenible promueve la participación ciudadana de más mujeres en diferentes contextos, en la búsqueda de disminuir las inequidades y potenciar su participación entorno a la transformación de sus realidades con los territorios que habitan, aportando a las siguientes metas:
- Más mujeres aumentan conocimientos de participación ciudadana, gestión ambiental comunitaria y prevención de violencias a escala familiar/local.
- El 80% de las participantes desarrollan capacidades en la generación de soluciones sostenibles en la gobernanza del agua, equidad de género, conservación de ecosistemas y protección de la biodiversidad.
- Incremento de habilidades en el liderazgo de estrategias comunitarias para el cambio estructural a problemáticas ambientales que afectan de manera diferenciada a niñas, mujeres adolescentes y adultas mayores.
Esperamos ampliar la respuesta con el fortalecimiento comunitario para lograr una equidad social y de género de manera pacífica y sostenible.