Mujeres Actuando en Red

Mujeres Actuando en Red

Según cifras publicadas por la Organización de Naciones Unidas y la Fundación Telefónica, aproximadamente el 55 % de las mujeres han sido víctimas de ciberacoso en Colombia, y aunque se han tomado medidas para mitigar la problemática, un dato significativo es que las rutas de atención jurídica son poco conocidas por las víctimas para responder ante estos eventos.

Sumado a lo anterior, un estudio del Ranking PAR de Equidad de Género de Latam, determinó que el 60% de las mujeres entre 18 y 40 años en Colombia afirman ser acosadas a través de redes sociales, y el 59,6 % de las empresas aún no cuentan con protocolos para el manejo del acoso generado a través de medios digitales.

En el año 2022 en Colombia, el Centro Cibernético de la Policía Nacional, registró más de 14.500 sitios de internet con perfiles en redes sociales dedicados a la venta de imágenes de abuso sexual. Según la Fundación Karisma, los fenómenos de violencia digital siguen escapando a la legislación como la sextorsión, las amenazas digitales, la difusión de material íntimo sin consentimiento, el “bodyshamming” (actos que buscan humillar a una persona por su aspecto físico) , el “frapping”, el cibercontrol, el “Cyberflashing” (recepción de imágenes íntimas no solicitadas) y otros ataques dirigidos principalmente a mujeres en contextos de vulnerabilidad, que ante la persistencia de la sociedad civil se espera que las autoridades avancen en la penalización de estos delitos en el país.

La falta de conocimiento sobre estos temas, tiende a normalizar ciertas conductas que pueden ser una señal de alerta para la seguridad e intimidad. La tendencia en las denuncias, es que las víctimas guardan silencio por temor a una divulgación de algún material y por esta razón, quedan impunes.

Nuestra intervención social realizada a través del proyecto Digitalmente Seguras con mujeres en contextos de vulnerabilidad en Fontibón, determinó por medio de una caracterización que la mayoría de mujeres, pertenecientes a poblaciones migrantes, víctimas del conflicto armado y afrodescendientes, manifestaron que:

  • El 97% de las personas tienen un uso diario de las redes sociales.
  • El 83% reconoce que internet es una oportunidad para las comunicaciones y el contacto online es un salto generacional para el acceso a oportunidades.
  • El 69% admite haber hablado con desconocidos por su red social.
  • El 83% de las mujeres encuestadas afirma haberse sentido acosada en redes sociales en los últimos meses y no saber a quién contarle, las principales situaciones son “Cyberflashing” y “bodyshamming”.
  • El 52% de las mujeres aceptan haber conocido un caso de difusión de material íntimo sin consentimiento de otra mujer cercana y no saber qué hacer, consideran que en la mayoría de los casos puede deberse a discriminación, posible extorsión o venganzas.

Lanzamiento del proyecto. De derecha a izquierda: 1. Diana de Migración en Positivo, 2. Lorena Guzmán del Consejo Noruego para Refugiados, 3. Bellanir de la Secretaría Distrital de la Mujer, 4. Laura Guzmán, consultora de Cambio Sostenible y 5. Francisco Rigual y Kenny Espinoza de la dirección Cambio Sostenible.

Por todo lo anterior, y con el apoyo del programa Bogotá por las Mujeres 2023-2.0 del Fondo de Iniciativas Chikaná, Cambio Sostenible, en aras de promover la equidad social comprendiendo que la actividad humana en internet constituye un reto para el ejercicio de la seguridad personal, desarrolla actualmente la iniciativa “Mujeres Actuando en Red”, esta busca potenciar la participación de mujeres víctimas del conflicto armado, migrantes y afrodescendientes en la transformación de la discriminación, la desigualdad y la violencia digital de género en Bogotá D.C, esto a través de estrategias pedagógicas directas que amplíen conocimientos en prevención de las violencias basadas en género y mecanismos de denuncia ante eventos de discriminación y acoso en internet, fortaleciendo así capacidades de alfabetización digital para el acceso a oportunidades laborales, académicas y de emprendimiento seguras y libres de amenazas.

De esta manera, se fortalecen conocimientos y habilidades para que las beneficiarias cambien sus actitudes y mejoren su capacidad de respuesta ante eventos que vulneran su integridad, siendo las mujeres beneficiarias las principales replicadoras de esta experiencia y conocimiento en sus comunidades.

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