Mujeres: brechas en la sexualidad.
Según el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas, en países en desarrollo, las principales causas de mala salud y muerte en niñas y mujeres en edad fértil se encuentran asociadas a la no promoción de la salud sexual y reproductiva. Las mujeres empobrecidas sufren de forma desproporcionada embarazos no intencionales, discapacidades maternas, infecciones de transmisión sexual (ITS) y violencia de género. La ONU estima que una de cada cinco niñas y mujeres menores de 50 años ha experimentado alguna forma de violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental en los últimos 12 meses. Las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, siguen impidiendo cada año que 15 millones de niñas menores de 18 años puedan disfrutar de su infancia.
La educación sexual y reproductiva es fundamental para superar las brechas de género existentes en mujeres jóvenes en el goce de su sexualidad y planificación reproductiva. Según la UNESCO, la educación sexual ayuda a mejorar la salud sexual y reproductiva, lo que a su vez resulta en una reducción de las infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH y los embarazos no deseados.
En el caso de la región de América Latina y el Caribe, garantizar la educación sexual y promover la salud reproductiva en mujeres y poblaciones desfavorecidas sigue enfrentando retos en su eficacia:
- América Latina y el Caribe es la región con la más alta proporción de nacimientos de madres adolescentes, con el 18% del total mundial de esos partos.
- La revisión epidemiológica de la sífilis de OPS muestra que en América Latina solo al 59% de las embarazadas se les ofreció una prueba para detectar la sífilis en 2020.
- Mientras la tendencia mundial va a la baja, en América Latina las nuevas infecciones de VIH siguen en aumento.
- En países como Colombia, la viruela del mono llegó a experimentar un aumento de hasta el 330% en el año 2022.
- 7 de cada 10 instituciones educativas no capacitan a su personal en educación sexual con enfoque en derechos humanos, de género e interculturalidad para abordar a jóvenes estudiantes.
Fundamentación mundial sobre derechos sexuales y reproductivos
Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico. “Para asegurar el desarrollo de una sexualidad saludable en los seres humanos y las sociedades, los derechos sexuales, deben ser reconocidos, promovidos, respetados y defendidos por todas las sociedades con todos sus medios” Pérez M. Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS).
En Colombia las necesidades en salud sexual y reproductiva siguen en aumento, y por ello se requiere involucrar un enfoque de derechos y de género, que permita:
- Al Sistema de Salud colombiano ofertar servicios de salud integrales en la planificación familiar y prevención efectiva de infecciones de transmisión sexual.
- Al sistema educativo, mejorar la comprensión de la sexualidad y abordar de manera temprana la identificación de necesidades de mujeres y hombres jóvenes.
- A las instituciones públicas, prestar servicios con enfoque diferencial que respondan a las determinantes sociales y culturales en salud que exponen a riesgos a los más vulnerables a infecciones de transmisión sexual y embarazos no planeados.
Las organizaciones actúan
Cambio Sostenible es una entidad que promueve la salud preventiva y el enfoque de género con actividades en favor del reconocimiento y promoción de los derechos sexuales y reproductivos de personas tradicionalmente excluidas, ello como respuesta ante la carencia de conocimientos en centros educativos e instituciones prestadoras de servicios de salud en la importancia de desarrollar una sana sexualidad a través del conocimiento de sí mismos/as y de la misma forma “que aporte a la construcción de autoestima e identidad sexual dentro del respeto mutuo’’ (Ministerio de Protección Social).
Una de las metas para el año 2023 que se ha propuesto Cambio sostenible para abordar esta coyuntura frente al acceso del conocimiento sobre la sexualidad; es que las personas y en especial los jóvenes, comprendan su sexualidad de manera integral y no solo estén orientados a sus placeres, entendiendo la importancia del autocuidado, de los factores de riesgo de contraer VIH, VPH y las múltiples hepatitis virales existentes. Estas intervenciones se proponen desde la cultura de la NO discriminación, logrando escenarios de diálogo y cocreación de herramientas que permitan atender de manera asertiva aquellas inquietudes y/o experiencias que puedan llegar a tener las y los jóvenes, y responder de manera eficaz al cambio de actitud frente a los mecanismos de prevención y planificación reproductiva.
Nuestra intervención social, nos permite considerar que las mujeres en sus diferentes contextos de diversidad merecen nuevas intervenciones educativas, con enfoques innovadores que les permita comprender su sexualidad, sus derechos, los mecanismos de prevención de infecciones y de planificación reproductiva. Sumado a ello, las estrategias de promoción de la equidad de género deben involucrar el componente cultural y territorial, adaptándose a los diferentes contextos, y lograr de manera sinérgica cambios comportamentales y conductuales con respecto al papel de las mujeres y su derecho a la sexualidad y a la reproducción.
Es por ello que al hablar de Mujeres: Brechas en la sexualidad, la narración se debe centrar en la educación para la prevención de vulneraciones a los derechos de las mujeres, después de todo, solo la pedagogía permitirá alcanzar en menos tiempo la paridad de género en derechos humanos, en América Latina es de 52 años ¿Podremos lograrlo antes?.